Sustancia Infinita - Lecturas - Tener conversaciones profundas aumenta nuestra felicidad

Tener conversaciones profundas aumenta nuestra felicidad

El acto de entablar una conversación con alguna persona, puede tener otras connotaciones que van más allá del simple hecho comunicacional. Una buena conversación, profunda y con intimidad, puede ayudarnos a sentirnos contenidos, lo que promueve nuestra felicidad.

En el ser humano, la conversación se ha convertido en un símbolo representativo de su evolución; ya que en ella es posible descargar nuestros pensamientos y expresar nuestras ideas.

En líneas generales, una buena conversación es capaz de construir espacios seguros, donde nuestras emociones puedan manifestarse sin temores e intercambiar distintos tipos de información que permitan afianzar la sensación de confianza y constituirse, de ese modo, en una válvula de alivio para drenar el estrés por medio de refuerzos positivos.

La conversación nos puede servir además para expresar algún deseo o dar una información a una tercera persona, sin que esto involucre algo más allá que una sencilla trivialidad.

Ahora bien, existe un tipo de conversación que sí tiene un especial significado para todos nosotros; la conversación con contenido.

La conversación con contenido, o también llamada «conversación profunda», es aquella en donde el ser humano se conecta con lo más profundo de su pensamiento, permitiendo que éste fluya de manera ordenada y brindando una sensación de placer y bienestar.

Estudios que avalan la relación
entre conversación profunda y felicidad

El psicólogo de la Universidad de Arizona, Matthias Mehl, llevó a cabo recientemente un estudio, que le hizo llegar a la conclusión de que un alto porcentaje de las personas que tienen como hábito mantener conversaciones de alto nivel intelectual, tienen mayor propensión a ser felices que aquellas que tienen conversaciones triviales.

Descripción de la dinámica del estudio

En el mencionado estudio participó un universo de ochenta personas, quienes convinieron en llevar consigo una grabadora a toda hora durante un lapso de cuatro días con la finalidad de hacer un registro de todas las conversaciones que mantendrían.

Una vez llegado al término del tiempo acordado, se realizó el análisis de dichas grabaciones y posteriormente se hizo una clasificación que las agrupaba en dos categorías: «conversaciones profundas» y «conversaciones triviales».

Ya en la etapa final del estudio, se les facilitaron a los participantes unos cuestionarios diseñados para evaluar el grado de felicidad o satisfacción que sentían con respecto a lo que era su vida.

Resultados obtenidos del experimento

Una vez evaluado el contenido de los formularios, se evidenció la estrecha relación existente entre el mayor grado de felicidad que registraban los resultados de los cuestionarios y la cantidad de conversaciones profundas sostenidas por la persona.

En pocas palabras, quienes registraron mayor puntuación fueron las personas que habían tenido un número superior de conversaciones a un nivel profundo.

En términos porcentuales, la persona que reflejó un mayor grado de felicidad alcanzó un 46% de conversaciones profundas en los cuatro días; en comparación con el 21% de conversaciones profundas que obtuvo la persona menos feliz.

Por otro lado, las conversaciones catalogadas como triviales ocuparon solamente un 10% del tiempo de la persona más feliz, en comparación con el 30% del tiempo de la persona que resultó ser la menos feliz.

Inferencias obtenidas del estudio

Según como se vean las cosas, estos resultados pueden parecer un tanto contradictorios si nos atenemos a la idea de que «a menor grado de preocupación, mayor grado de felicidad».

En una primera mirada, esto pareciera tener algún grado de veracidad y es cónsono con la sensación que tenemos cuando logramos resultados; haciendo las cosas más sencillas.

Pero los resultados nos guían hacia otra dirección, en el sentido de que las cosas que generan un pensamiento más profundo a nivel intelectual también pueden convertirse, inclusive a una escala mayor, en una buena fuente de felicidad.

¿Cómo se manifiestan en nosotros
los resultados de una conversación profunda?

Con toda seguridad, muchos de nosotros hemos llegado a experimentar en diversas ocasiones una especie de inyección de energía vital luego de haber sostenido una amena e interesante conversación con alguna persona, sobre algún tema trascendental.

Esto sucede debido a que una interesante charla que sea dinámica, estimulante y con mucho valor agregado viene a actuar en nuestros cerebros como una verdadera bomba de hormonas como la dopamina o la serotonina.

Estas hormonas son las que brindan esa grata sensación de bienestar y felicidad que sentimos, luego de haber sostenido una profunda conversación.

AUTOR: Alejandra Pino Jaramillo

FUENTE: Mente Asombrosa

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