Como humanos, estamos preparados para luchar. Pero podemos evitarlo si elegimos nuestras palabras con cuidado.
¿Alguna vez se ha encontrado en medio de una acalorada discusión con un ser querido o un colega y ni siquiera está seguro de cómo comenzó? Ocurre más a menudo y más fácilmente de lo que piensa. Miles de años de evolución nos han dejado preparados para el conflicto, mucho más rápido para ponernos a la defensiva o incluso al ataque, que buscar formas de comprometernos y cooperar.
Pero no tiene por qué ser así. Antes de que cualquier conversación se convierta en una pelea de gritos, se tiene la oportunidad de cambiar de marcha y tener una discusión fructífera. Entonces, la próxima vez que se encuentre a sí mismo y a la persona o personas con las que está hablando en ese mal camino hacia un conflicto total, haga algo más. Deténgase y no diga nada durante un latido o dos, durante el cual debe tomar un par de respiraciones profundas y lentas. Compruebe su lenguaje corporal y si ha caído en una postura o comportamiento agresivo, cambie su posición a algo más neutral o amigable.
Luego intente decir una de las siguientes frases. No puedo garantizar que le impidan tener una discusión, pero le darán su mejor oportunidad de llevar la conversación en una dirección diferente y más constructiva:
1. Lo que te escuché decir es …: La mayoría de las personas se enojan más cuando se sienten despedidas, ignoradas o mal entendidas. Es por eso que repetir lo que alguien le ha dicho (idealmente en su propia fraseología) es una de las mejores maneras de evitar que una conversación se vuelva hostil. Acaba por dejar en claro que le importa el punto de vista de la otra persona y que quiere que lo entienda. Aún mejor, si alguien dijo algo que no quiso decir, o lo que escuchó no fue lo que se pretendía, tendrá la oportunidad de dejar las cosas claras.
2. ¿Cuál es tu mayor preocupación?: Muchas personas evitan instintivamente nombrar sus peores temores. Eso significa que la otra persona puede tener miedo de algo de lo que ni siquiera eres consciente. Pedirles que le digan qué es lo que más les preocupa significa que puede aliviar esos temores. Y, una vez más, les dice que le importa lo que les importa.
3. ¿Qué necesitas en este momento?: Nuevamente, ha demostrado que le importan sus necesidades. También ha abierto la puerta para encontrar un compromiso constructivo, ya que resolver sus problemas más inmediatos puede darle el tiempo y la buena voluntad para encontrar una solución más grande y permanente.
4. ¿Qué se necesitaría para hacerte feliz?: Esta es la versión más amplia de la pregunta anterior. Preguntarle a alguien qué los haría felices les dice que le importa su felicidad. Y a menudo se sorprenderá de cómo algo relativamente simple puede marcar la diferencia.
5. ¿Cómo te sientes?: Esta es una buena frase para usar al principio de su conversación, que le brinda la oportunidad de evaluar el estado emocional y físico de la otra persona. También los está invitando a que se indaguen y vean si un trastorno emocional o una incomodidad física está afectando su interacción. Pero tenga cuidado. No debe sugerir que las preocupaciones de alguien son causadas por un bajo nivel de azúcar en la sangre o la falta de sueño. Eso solo empeorará las cosas.
6. Tengo miedo de …: Le ha pedido a la otra persona que exprese sus mayores temores. Debería hacer lo mismo porque es probable que esos temores lo lleven a la discusión que intenta evitar. Y una vez que los haya dicho en voz alta, puede aprender que esos temores son infundados.
7. Estoy triste porque …: Es muy fácil confundir la tristeza con la ira, y viceversa. Entonces, si siente que se dirige a una discusión, o si se enoja, deténgase por un momento y pregúntese si está reaccionando ante un sentimiento de pérdida. Decirle a alguien más por qué está triste, como decir a qué le tiene miedo, significa que está dispuesto a bajar sus defensas y ser honesto. Y los demás pueden reaccionar haciendo lo mismo.
8. Vamos a tomar un helado.: No tiene que ser helado, aunque el helado literalmente lo enfriaría y parece tener su propio factor de felicidad. Puede ser una taza de café, un yogurt o incluso un vaso de agua. El punto es satisfacer una necesidad física básica, como el hambre o la sed, juntos. Eso también puede ponerlo en el camino para satisfacer otras necesidades.
9. Tomemos un descanso hasta …: A veces, todo lo que se necesita para evitar una discusión es un poco de tiempo para sentirse enojado y tener una nueva perspectiva. Tomar un descanso hasta más tarde ese día, o la mañana siguiente, puede ser una excelente manera de lograr esto. Pero asegúrese de especificar un momento en que le gustaría reanudar la conversación. De lo contrario, corre el riesgo de dejar conflictos sin resolver y resentimientos a fuego lento.
10. ¿Qué pasa si …?: Para casi todas las situaciones, existe una posible solución lista para usar. Cuando mi esposo y yo nos enfrentamos por su deseo de vivir en una casa rodante y la mía por vivir en el centro de la ciudad, él propuso que obtuviéramos ambos y dividiéramos el tiempo entre ambas opciones. Fue una solución poco práctica que nunca implementamos, pero cambió el conflicto y finalmente nos llevó a una solución que funciona para los dos.
11. ¿Tenemos que estar de acuerdo con esto?: Las personas a menudo se ven atrapadas en conflictos cuando cada uno intenta convencer al otro de que su punto de vista es el correcto. En muchos casos, eso es innecesario. No necesitamos que crean lo que creo, solo necesitamos que encontremos un curso de acción que ambos podamos aceptar. La próxima vez que se encuentre atrapado en un debate sobre ideología o principio, pregúntese si puede encontrar una solución que satisfaga a ambas partes, sin convencer a la otra de que tienen razón. Lo más probable es que puedan.
Esas son las mejores maneras que conozco para evitar que una conversación se convierta en una discusión. ¿Cuáles son los suyas?
AUTOR: Minda Zetlin
FUENTE: First Sun Consulting LLc