En la medida en que un líder tiene éxito, este cambio de comportamiento es aún más difícil de hacer, pues lo asocia al éxito del pasado, no comprende que necesita nuevos comportamientos para tener éxito en el futuro.
En el proceso de desarrollo del liderazgo, a través del coaching ejecutivo, se pueden utilizar diferentes enfoques, según el contexto del líder y de la organización, las necesidades identificadas y los objetivos planteados.
Uno de ellos es el trabajar de afuera hacia adentro. De los comportamientos al ser y pensar, en un ciclo iterativo para potenciar cambios sostenibles en el tiempo.
Este enfoque es particularmente adecuado para líderes que perciben que comportamientos de liderazgo asociados con su éxito en el pasado pueden no ser los necesarios para lograr el éxito en el futuro, en contextos más complejos, ambiguos y cambiantes.
Este es un trabajo que se inicia con la identificación de los comportamientos del líder, de como éste es percibido por sus personas de interés o stakeholders, y del impacto de sus comportamientos en su organización y en el sistema más amplio. El trabajo sigue promoviendo la interacción del líder con sus stakeholders para integración de sus sugerencias de mejoría en un plano de acción, que se evalúa y adapta en un ciclo regular, facilitando simultáneamente el cambio de comportamientos y de percepciones.
La mayoría de nosotros mira cambios de comportamientos que otros deberían hacer, y estamos disponibles para proveer sugerencias de mejoría, pero en general no somos tan perceptivos de los cambios de comportamientos que nosotros deberíamos implementar y nos es difícil hacerlo en el día a día.
El impacto de nuestros comportamientos es significativo en las personas a nuestro alrededor, en nuestra organización. Este impacto crece con el nivel de responsabilidad de los líderes y con la dimensión de los stakeholders internos y externos que impactamos.
En la medida en que un líder tiene éxito, este cambio de comportamiento es aún más difícil de hacer, pues lo asocia al éxito del pasado, no comprende que necesita nuevos comportamientos para tener éxito en el futuro.
Se pueden identificar beneficios de implementar cambios, pero no siempre estamos dispuestos a aceptar los costos, para dejar ir el comportamiento que ya no nos sirve, incluso podemos pensar y verbalizar, pero «yo soy así, siempre he sido así y siempre me ha funcionado…» Esto indica que no nos queremos comprometer con el proceso, podemos no tener la humildad o el coraje para hacerlo.
Uno de los retos de los coaches es percibir cuál es la disposición de sus clientes para trabajar los objetivos e implementar los cambios que se proponen. El éxito del proceso es responsabilidad del coachee con sus reflexiones, aprendizajes y acciones. El coach facilita el proceso y provee el estímulo, refuerzo y apoyo adecuados al logro de los objetivos.
Unos de los autores que más desarrolló e implementó este enfoque en los comportamientos es Marshall Goldsmith, reconocido internacionalmente como un líder de pensamiento en liderazgo, como coach ejecutivo y como autor de diversos bestseller.
En su libro <span style="color: #ff6600;"><strong><em>What got you here won´t get you there</em></strong></span>, Marshall Goldsmith identifica 20 hábitos o comportamientos ineficaces en el liderazgo. Entre ellos podemos mencionar: ganar demasiado o la necesidad de ganar en todas las situaciones, cuando es importante, cuando no es y aun cuando es totalmente irrelevante. Este es el comportamiento identificado por Marshall Goldsmith como el desafío número uno para la mayoría de los líderes.
Otros comportamientos ineficaces relacionados son: el añadir demasiado valor; es decir, añadir nuestro granito de arena en cada conversación o discusión aun cuando no aporta valor; el retener información para ganar ventaja sobre los otros y el jugar a favoritos para ganar aliados.
También resulta ineficaz el desvalorizar las opiniones expresadas por otros, haciendo comentarios destructivos o sarcásticos; expresar negatividad, o «te voy a decir por qué esto no funciona»; o una forma más inconsciente responder, a comentarios o sugerencias, con «no, pero, sin embargo…» retirando valor a lo que el otro está expresando.
Son también comportamientos ineficaces el hablar con ira, utilizando la volatilidad emocional como herramienta de gestión y el no escuchar; el no estar presente de forma consciente para nuestras personas de interés abogando falta de tiempo, exceso de trabajo, o el escuchar con una atención parcial por distracciones como el celular.
Para desarrollar comportamientos de liderazgo más eficaces, el cliente debe reconocer que necesita cambiar y comprometerse con el proceso. El coach desde sus conocimientos y experiencia, y en alianza con el cliente, promueve, entre otros, la autoconsciencia, la autogestión y la gestión de relaciones con las personas de interés.
El Capítulo de Panamá de la International Coaching Federation – ICF es una asociación sin fines de lucro, comprometida con el fomento y la difusión de la práctica profesional y ética del coaching. Está afiliada a la International Coaching Federation – ICF, la organización global más grande y reconocida de Coaching.
Imagen: Shutterstock
AUTOR: Fátima Ribeiro, ICF Panamá
FUENTE: La Estrella de Panamá